En este artículo se manifiestan los diferentes valores que podemos encontrar en el deporte. Es curioso analizar que dichos valores van a ir cambiando en función del ámbito y de los objetivos por los que se realiza esa práctica deportiva.
A edades tempranas, el deporte es imprescindible para que los niños desarrollen destrezas físicas, hagan ejercicio, se socialicen, se diviertan, aprendan a jugar respetando unas reglas, aprendan a formar parte de un equipo, aumenten su autoestima, respeten a sus adversarios, entrenadores y jueces, etc. Podríamos decir que en este punto los niños son entrenados y educados al mismo tiempo.
Sin embargo, cuando el deporte pasa a ser de competición todos los objetivos y valores cambian. La competitividad comienza a tener un papel primordial, y la práctica deportiva se convierte en un espectáculo en el que el dinero y los medios de comunicación juegan un papel importante. El deporte es, en muchos casos, influenciado por los medios de comunicación debido a la cantidad de ingresos que dichos deportes producen.
Hoy en día podemos considerar que el fútbol es el deporte rey, pero ¿por qué? La respuesta es muy sencilla. El fútbol mueve masas por el número de partidos y competiciones que se celebran, por la cantidad de equipos y jugadores que existen, por la cantidad de dinero que se mueve en cuestión de contratos, traspasos, etc., y sobre todo por el tiempo que los medios le dedican.
Es por ejemplo en este deporte donde observamos que todos esos valores positivos como la constancia, la superación, el trabajo en equipo, etc muchas veces no se consiguen. Por ello podríamos decir que hoy en día el deporte de competición no educa de la misma manera que el deporte base ya que los objetivos son distintos.
Por supuesto, el deporte de competición ofrece oportunidades de globalización, de intercambio cultural, de compañerismo, de capacidad y espíritu crítico,etc pero en muchos casos los ejemplos a seguir no son los adecuados. Muchas veces, en los campos de fútbol vemos comportamientos que no son precisamente los más adecuados. Hemos visto racismo, discriminación, poca tolerancia, discusiones, peleas, trampas, etc.
En los últimos años se ha intentado utilizar el deporte-espectáculo como un recurso educativo. Se han creado iniciativas, como el proyecto "Juego de valores", para analizar críticamente estas prácticas deportivas.
Para concluir podríamos decir que algunos deportes como el fútbol, el baloncesto, o la fórmula 1 son un fenómeno que mueve masas, por ello todas las personas implicadas en dichas prácticas deportivas deberían dar ejemplo, ya que en muchos casos dichos deportistas son imitados y adorados por los más pequeños.